EDUCACIÓN

Aunque España no ha adquirido los niveles de violencia de otros países, nos encontramos ante un fenómeno en aumento. Las situaciones de abuso y violencia entre escolares constituyen, pues, una interacción frecuente y generalizada en todos nuestros centros educativos. Es el conocido acoso escolar que sólo llega a nuestros oídos cuando las conductas agresivas están muy arraigadas y las posibilidades de reconducción son escasas.

Cuando hablábamos de situaciones violentas en los contextos escolares, siempre entendíamos que eran hechos como robos, peleas o destrozos sobre material y las instalaciones de los centros. Sin embargo, las situaciones violentas o el acoso escolar abarcan otros hechos que socialmente estaban admitidos en cierta medida y a los que no se les daba la importancia adecuada hasta que no hemos tenido información a través de los medios de comunicación sobre los suicidios como consecuencia de la tensión vivida por estas víctimas.

Los últimos datos en España son preocupantes: en torno al 30–40 % del alumnado manifiesta que se ve envuelto alguna vez, a veces, ocasionalmente en situaciones de maltrato, bien como agresor/a, bien como víctima. En definitiva, y por lo que muestran los últimos estudios, el acoso escolar es algo común en nuestras escuelas, que no diferencia entre niveles culturales, étnicos, religiosos y sociales, ni entre chicos y chicas, y que vulnera los derechos fundamentales reconocidos a los menores por los cuales deberían sentirse a protegidos y a salvo en sus escuelas, alejados de cualquier forma de humillación y opresión que dañe su integridad.

Desde las aportaciones del personal docente y las de los profesionales del Trabajo Soicla en el campo educativo sabemos que los usuarios que llegan al sistema de protección social demandando algún tipo de apoyo presenta en la mayoría de los casos con menores las siguientes características:

- Formas educativas no adecuadas que no producen la necesitada carga afectiva de los menores y que les impide interiorizar e incorporar pautas claras de comportamiento. 

- Problemas familiares que afectan muy directamente a los menores al ser su núcleo básico de convivencia.

Ahora bien, cuando estos casos llegan a Servicios Sociales, la experiencia nos dice que la situación en la que se encuentra está muy cargada de problemas y con pocas posibilidades de reconstrucción. Por ello, si bien nos planteamos estadios anteriores que podríamos abordar para evitar así que estas unidades familiares y sus menores lleguen a tal situación. Desde esta idea preventiva, se origina el presente proyecto, partiendo de un principio inspirador preventivo, y mediante una intervención - acción comunitaria dentro de los contextos escolares. 

No solamente pretendemos abordar la prevención de la violencia entre iguales, sino también la violencia de género y su tratamiento en las aulas. Prevenir supone superar la conspiración del silencio, que ha existido y existe dentro del sistema educativo, social y familiar. Podemos decir que el acoso escolar implica:

1) Conductas como amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático, insultos, etc.

2) No se limita a un acontecimiento aislado, sino que se repite y prolonga durante cierto tiempo porque se produce en un contexto en el que las personas se obligan a encontrarse con frecuencia durante un tiempo en concreto.

3) Es provocado por un individuo (el/la abusador/a), apoyado generalmente en un grupo contra una persona víctima e indefensa, que no puede salir por sí sólo de esta situación.

4) Se mantiene en el tiempo por la pasividad de los observadores.

ADITEC, interviene por medio de:

PROYECTO: VIOLENCIA EN LAS AULAS

PROYECTO DE MEDIACIÓN ESCOLAR : LAS FRUTAS VIENEN AL COLE

PROYECTO: COMPENSACIÓN EXTERNA EN CENTROS ESCOLARES